Reforma a la jornada laboral

Carta al director publicada en La Tercera: “En el debate sobre la reducción de la jornada de trabajo, además de escasear argumentos técnicos que avalen la reforma, resulta preocupante que no se consideren aspectos de enorme relevancia, evidenciando una grave falta de rigurosidad legislativa”.

SEÑOR DIRECTOR

En el debate sobre la reducción de la jornada de trabajo, además de escasear argumentos técnicos que avalen la reforma, resulta preocupante que no se consideren aspectos de enorme relevancia, evidenciando una grave falta de rigurosidad legislativa.

Por ejemplo, si el proyecto se aprueba y la jornada de trabajo no considera el descanso de colación, como lo establece hoy el Código del Trabajo, ¿qué ocurrirá con la gran cantidad de contratos en que actualmente el descanso para colación sí forma parte de la jornada de trabajo? ¿Se permitirá a esos empleadores modificar unilateralmente los contratos, de modo de no disminuir aún más la jornada efectiva de sus trabajadores? ¿O simplemente, por omisión al revisar este punto, se gravará aún más e indirectamente a empleadores que hoy han pactado una jornada efectiva de 40 horas semanales?

Lo mismo ocurrirá en el caso de la jornada parcial, que es equivalente a 2/3 de la jornada ordinaria y en cuyo caso, el sueldo base puede ser proporcional al ingreso mínimo.

Si nada se legisla al respecto, una eventual reforma a la jornada ordinaria indirectamente implicará una modificación de la jornada parcial, la cual disminuirá su máximo de horas a la semana y, consecuencialmente, contratos en que hoy se permite un sueldo inferior al ingreso mínimo, automáticamente quedarán excluidos de esa alternativa, con un incremento inmediato del sueldo.

Hay mucha discusión mediática, pero ¿qué pasa con el fondo de las propuestas?

Son muchos los ejemplos en que omisiones como éstas, importan “efectos colaterales” imprevistos, pero de enormes consecuencias.

Martín del Río

Socio Grupo Vial Serrano Abogados